Sustraído del muro de: Affif Himnos
Hoy, a 5 meses del fallecimiento mi padre, quiero recordarlo con una canción que lo marcó para siempre y por ende, a mí, esto, por la siguiente anécdota:
Entre mitades y finales de los 60´s mi padre y sus hermanos solían ir de vez en cuando en su coche de la sierra de Sinaloa a la frontera, esta ocasión en específico, a Tucson, Arizona, iban sobre todo a comprar ropa y demás pasatiempos. Daba la casualidad que tenían un amigo que era manager de una tienda muy grande de marcas top de la época, sobre todo trajes, y como el mismo lo describía: “Nos daba acceso a la bodega dónde veías infinidad de sacos chingones, salíamos surtídos”. Resulta que ese día que lo visitaban, la novia del menatado amigo, “hija de unos petroleros texanos” (esto lo supieron hasta llegar a la casa de la susodicha), celebraba su fiesta de cumpleaños, claro, a la que fueron invitados, si ya estaban ahí, ¿por qué no?. Llegada la noche van a la mentada fiesta, y la primera reacción fue “¡esto no es una simple casa, es una mansión enorme!”, en lo cual, me describe a lo “Big Fish” “que en el acceso a la casa había un ¿semáforo para personas?” era tal la seguridad, que para ellos era algo de otro mundo…
Ya entrada la noche, entre referencias sobre la barba tupida de mi tío, que empezó a llamar la atención de las chicas; “hombre oso le decían, porque en ese tiempo no se usaban”, indicaba Don Nacho, cuando de repente, empieza escuchar una banda en vivo, se acerca a ver, y estaban ahí, en una fiesta privada, para unos cuantos, The Rolling Stones tocando (I can´t get no) Satisfaction. “Era alto, feo y con un hocicote” (checar el estándar de belleza que se cargaba el jefe) haciendo señas con la mano en referencia a la boca de Mick Jagger.
Siempre recordaba ese momento en el tiempo diciendo, “fue cuando estaba pegando Satisfaction”, por esa anécdota, jamás volví a escuchar esa canción de la misma manera.
A finales del 2007, en los barrios latinos y afroamericanos de Chicago mientras escarbaba en las tiendas de segunda y en las disqueras, agarré unas cajas viejas que estaban debajo de un mostrador, estaban repletas de discos de 7 pulgadas sobre todo de soul de los 60´s y 70´s, y ahí, en medio de tanto disco arrumbado, me encuentro el mentado sencillo de los Stones, no en el mejor estado, con su estampado de “London” en mezcla de colores de azules y blanco, sabía que era y es especial para mí, porque se lo pondría a mi papá cuando regresara a casa, aunque no estuviese en las mejores condiciones, y así fue.
Es así, cómo un joven de la sierra norte de Sinaloa, en un día inesperado, vio a los Rolling Stones “cuando estaba pegando Satisfaction”.
En memoria de Hector Ignacio Ortuño Cota “Don Nacho“.